La Maternidad y la Estrategia de Ser Uno Mismo.
Cuando supe que estaba embarazada (test mediante) me acalambró una rafaga de miedo inesperada y profunda: “Yabe se muere”. Vi el test de embarazo y el arquetipo más famoso y universal del mundo, se cayó encima mío con una conciencia nueva: ¡chau patiecito de juegos!
¿Serían esas rayitas mi aclamado límite? ¿Acaso la maternidad era el fin de mi vínculo con lo lúdico, ocioso, artístico, raro e injustificado? ¿Pueden jugar las madres? Y con jugar me refiero a esas cosas que hacemos sin un fin determinado y sin conciencia real de: si somos buenos, ganaremos dinero o servirá para algo. Algunos le dicen arte, otros pasa tiempo (o perder el tiempo) y yo me conformo con encontrarle un ratito -aunque sea- por día.
Al momento, en mayor o menor medida, siempre había mantenido un espacio expresivo y personal. A veces lo compartía, a veces no, pero siempre hice algo: escribir, dibujar, pintar, collagear, idear. Me gusta mucho tener ideas y hacerlas, no lo puedo frenar. Mi mente deambula por todos los pasillos y algo siempre inventa.
Por suerte, trabajo en algo que tiene muchísimo que ver con ese asunto. Soy Licenciada en Ciencias de la Comunicación -orientación Publicidad, estudié Marketing Digital, me encantan las campañas publicitarias y trabajar en branding. Trabajé en Departamentos de Comunicación, Agencias de Publicidad y en este último tiempo (casi diez años) Departamentos de Marketing Corporativo. ¿Y saben qué? Me apasiona.
Si pensar estratégicamente es de las cosas que mas te divierten, te lo recomiendo. El branding tiene eso: excede el diseño gráfico, el catering o el local para el evento; y no se queda en lo lindo y lo feo. Va a lo profundo y complejo: conexiones, emociones, narrativas, experiencias, coherencia, consistencia y sinergia. Se trata de crear y cuidar universos creativos paralelos.
Me gusta, pero me pagan.
Este subtitulo no es bajo ningún concepto, una queja. Mi trabajo me (nos) da de comer, alimenta mis sueños profesionales, mi pasión por aprender y sumar valor. Mi trabajo me gusta y ocupa un lugar importante en mi vida.
Pero me pagan, me evaluan y hay objetivos concretos. Y por ende, presiones y expectativas. Por más que lo viva con actitud creativa y lo disfrute, no es un oasis. No se siente como jugar, jugar: sin propósito claro, plazos o requerimientos.
Hablo de jugar cómo juegan los animales. Comer, dormir y jugar. ¿Será que las tres son esenciales? ¿Que nos brinda ese estado profundo e intuitivo de relajación, creatividad y bienestar? ¿Que beneficios repara el juego para la salud y el desarrollo general? ¿Será que necesitamos esa ausencia de objetivos, tiempos y mandatos? ¿Es el juego el clean de la salud mental? ¿Un oasis?
Lo hago porque me gusta y me hace bien.
Yabe es mi passion project o proyecto pasional y básicamente significa eso: lo hago porque quiero y soy así. No hay Paula sin Yabe, ni Yabe sin Paula. No procuro ser perfecta, pero claramente me interesa ser feliz y Yabe me da eso. Es como un chip justo y necesario en el puzzle de los intereses y necesidades de mi vida.
La maternidad, y el rol de crianza en sí mismo, es un momento pesado en la configuración del paradigma creativo personal. No digo, ni quiero decir necesario. Celebro a todas las personas que eligen no ser papá o mamá, porque en este mundo de mandatos, es todo un parto en sí mismo. Pero... cuando la oportunidad se presenta, no es tan fácil encontrar el guión que queremos asumir; porque el escenario está repleto de voces que gritan y enseñan como se debe hacer.
La cantidad de consejos no solicitados aumenta de manera exponencial y sin saber muy bien cómo, todo diálogo se transforma en una clase magistral e involuntaria de lo que se debe y no se debe hacer, seguida de una competencia simbólica donde solo hay una ganadora: la mas abnegada y sufrida de todas.
Criar, es crear y se pone infinitamente filosófico, si uno le da chanza: ¿quién soy? ¿Quien quiero ser? ¿Quién no quiero ser? ¿Quienes estoy siendo ahora? ¿Se parecen? ¿Nos caemos bien?
Ya no negocio mi patio de juegos. La pandemia me trajo los cojones que siempre me faltaron para asumirme creativa. Y con ello, mi perspectiva de Yabe cambió. Pues si soy creativa, puedo ejercer mi libertad a dedicarle tiempo y espacio sin tapujos. Debo y puedo, ejercitar mi creatividad.
Y estoy feliz. El retorno de Yabe no se mide en cash o bitcoins, sino en felicidad y alegría. Me encanta crear, conectar con otros creativos y potenciar sus procesos creativos. Me sale bien hacerlo y estoy feliz de animarme y compartirlo. De nuevo: crear valor.
Llegó mi primavera. Es septiembre y me tocó renacer. Después de tanto esfuerzo por sobrevivir y mantenerme a flote, me di el lujo de parar, frenar y pensar. ¿Quién soy? ¿Quién es Yabe ahora? Morir no murió e hija tiene 3 años 👊.
¿Hacia dónde vamos? ¿Hacia dónde me lleva la corriente aún sin pro-ponérmelo? ¿Y si me hago cargo? ¿Y si en lugar de ignorarle, remo? ¿Y si me animo a vivir con convicción y emoción? ¿Y si...?
Entre garabato y garabato aparecen las respuestas y la historia se cocina a fuego lento, desde el consciente e inconsciente, con razón e intuición y el bendito privilegio de parar, tomar distancia y pensar mejor.
¡Este cielo es mío! Nuevo branding, nuevo renacer.
La pausa me permitió reflexionar e intuir el norte. Dejar las brazadas, los manotazos de ahogado y las corridas de último momento.
Ser auténtico implica compromiso, búsqueda y renacer constante. Es muy fácil perder la chispa en la dinámica reactiva de la vida cotidiana y terminar en ese estado adulto zombie que tanto se usa . La garra, la curiosidad, esa cojonuda mirada del niño que fuimos se erosiona muy rapido si no la cuidamos.
Es urgente tomar medidas, simples pero radicales: crear un Oasis entre la tormenta de nieve. Buscá ya una libretita linda y comenzá a escribir, garabatear, lo que quieras. Todos los días o los días que puedas y no importa mucho de que, pero charla contigo. Se honesto, simple o simplemente divaga. Pero no te prives más de ello: buscate, encuentrate. ¿Hace cuanto no te brindas espacio a ti y a tu vulnerabilidad?
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